miércoles, 31 de agosto de 2011

Un Gol de Despedida


“La miró y no pudo entender lo que escuchaba, la mujer que había sido su vida le explicaba algo inexplicable, le dañaba con palabras agudas y filosas como un puñal, mientras ella con su cuerpo grácil y esbelto se mantenía de píe, con la pequeña estufa gris detrás:
-"Te quiero pero la verdad necesito tiempo sola."
El le respondía:
-"Pero cuando la gente pide tiempo es por que de verdad ya no quiere, ¿no crees que me merezco la verdad?…"
Se lo dijo con los labios temblando, el estaba destruido y cada respiración le dolía en el pecho. Habían estado casados por mucho tiempo y el la conocía perfectamente, añoraba sus labios y con tristeza deseaba abrazarla y amarla, pero ella tenía otros sueños en sus ojos, lo miraba como se mira un pescado frío en la feria, el se comenzaba a sentir ridículo.
El amor se transforma con el tiempo, va cambiando, va siendo otras cosas, pero no lo que este amor se estaba convirtiendo en estas últimas semanas.
Quizás las circunstancias desgastan las relaciones de maneras inesperadas, pero el siempre creyó que las cosas tenían arreglo, como se suele creer entre las parejas que se han amado, su cara blanca, su pelo café, sus ojos de gato y sus labios hermosos se habían convertido en juez y verdugo, ningún gesto delataba nada, el la miraba y sabía que podía quedarse mirándola por siempre y la amaba pero sufría, sentía el corazón lleno de agua fría y creyó oir que algo crujió dentro de el, esta sensación de escuchar a la persona que amas decirte que todo se acabó es lo más duro que quizás nadie tenga que enfrentar alguna vez.
-"Las cosas no pueden seguir así entre nosotros quiero tiempo para hacer mi vida, me quedo acá con mi amiga, voy a vivir aquí desde ahora…"
Por la ventana tras el se colaba un viento frío que le caló los huesos aumentando el invierno que azotaba su alma.
El sintió que esa ultima frase le quitó el aliento, por dentro el imaginó que era capaz de esperarla y de seguirla hasta los confines de la Tierra…
Amor, que sentimiento más hermoso y mas cruel, aun a pesar de la realidad enorme que estaba viviendo, su mente no atinaba a aclararse y en un par de segundos creyó que todo lo que le rodeaba era una mentira, que llegaría al departamento que era su hogar , ella estaría allí esperándolo para tomar un té y reír de las tonteras divertidas de su hijo…pero entre lágrimas vió que aquel cuarto no era de su casa y que estaba a muchas estaciones de metro de donde moraba su sueño.
Ella solo le explicó que debía despedirse del niño e irse por que ya no había nada más que hablar.
Lenta y muy tristemente el se dió media vuelta y se encaminó hasta el cuarto donde estaba su hijo, lo abrazó fuerte, sabía que desde ese dia lo iba a echar demasiado de menos, se le desgarró el alma y otra lágrima salada le cayó por la mejilla.
Salió de allí lo más calmado que pudo.
Allí puso sus ojos sobre su rostro hermoso y blanco , con todo el amor y serenidad posible en ese momento le dijo.
-"Por favor no me dejes."
-Solo hubo silencio…
-Las palabras salieron torpes de su boca: "Siempre creí que todo se podía solucionar…"
-Ella volvió a callar.
No podía mas, la pena lo embargaba y no quería derrumbarse frente a ella, así que se giró en dirección a la puerta y encaró el frío de los últimos días de Julio, el viento le azotó los ojos antes de cerrar la puerta:
-"Mi vida cambió desde que te conocí y se que nunca amé a nadie como a ti…"
Desde adentro su hijo gritaba "gooool…gooool…"
El, miró hacía el cuarto donde estaba su niñito y le dijo con la voz quebrada por el dolor y la angustia:
-"Si hijo haga muchos goles, muchos y juegue siempre hasta que ya no quede un arco sin batir…"
Y fué en ese momento, en el umbral de una puerta, en una casa de un barrio que no conocía que lloró amargamente por que adivinó que la voz de su hijo le estaba dedicando un gol, un amargo gol de despedida.

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